12 Mar ¿Cómo afecta la contaminación a nuestra piel?
En algunas ciudades españolas como Madrid, donde se encuentra el Centro Comercial Monteclaro, los índices de contaminación son tan elevados que repercuten inevitablemente en la salud de la piel. En este nuevo post queremos profundizar en las consecuencias de la alta polución en este sentido.
Como seguro que sabes, la piel es el órgano más grande del cuerpo y su cometido esencial es la de protegernos del exterior, evitar que penetren agentes nocivos en el organismo. Está conformada por varias capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. La epidermis es la más superficial y por eso la que sufrirá la mayoría de las agresiones externas. Para cumplir su función, la piel tiene que estar intacta para que no entren sustancias tóxicas y microorganismos patógenos. Por eso clave cuidarla y protegerla.
La higiene facial, aspecto fundamental
La polución está patente en el medio ambiente, el aire o el agua. La piel se ve afectada más que nada por gases y partículas minúsculas que penetran en la piel. Los elementos químicos también presentes en la polución generan reacciones metabólicas perjudiciales, formando radicales libres y estrés oxidativo.
La contaminación afecta a la piel en todos los sentidos. De manera superficial provocando estrés. Además, la piel no es lisa ya que en la epidermis hay poros, folículos pilosos y glándulas sebáceas y sudoríparas. Son de hecho puertas de entrada de los contaminantes y es donde principalmente se depositan estas partículas nocivas. Además, las glándulas segregan sudor y grasa, que sumados a la suciedad ambiental, provoca que estas partículas se peguen a la piel. Dicho de otra forma, la piel se ensucia y tapona los poros, evitando que se pueda oxigenar correctamente. Como resultado, disminuye la velocidad de renovación celular. La capa córnea de la epidermis se engrosa y la piel se ve más rugosa y apagada.
Además, los agentes contaminantes incrementan los niveles de radicales libres en el organismo, dañando las moléculas de ADN celular y provocando un mal funcionamiento de la barrera epidérmica, mala formación del colágeno, es decir, de las fibras de elastina que componen la piel. En consecuencia, la piel pierde firmeza y elasticidad. Por eso, aunque no te maquilles, has de lavarte la cara siempre antes de ir a la cama, usando un tónico y mucha crema hidratante.
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